La Destrucción De Todas Las Cosas

El género apocalíptico es uno de los que pocas veces se ha tocado en México, o al menos en novelas extensas y que logren una trascendencia más allá de una tirada corta. A diferencia de Estados Unidos, donde un sinfín de producciones audiovisuales o textuales se han convertido en clásicos, por mencionar sólo algunos, como «2012», «El Día De La Independencia» o «The Walking Dead».

Hay una enorme variedad de formas en que el mundo puede ser atacado, destruido, conquistado, eliminado o erradicado. Desde virus, zombies, monstruos gigantes, fenómenos celestiales o espaciales, problemas ambientales, desastres naturales, o por un sólo individuo. La variedad es extensa y puede ser combinada con todo lo que se pueda imaginar. México ha tenido pocos representantes, pero aquellos que han logrado pasar a través de los años, pueden ser una gran opción de conocer qué puede pasar aquí. Como en «La Destrucción De Todas Las Cosas» de Hugo Hiriart.

SINOPSIS
Esteban y su esposa, Ester, con su hijo Saúl, viven en un auto, en los confines de la ciudad de México, debido a la destrucción de todo a manos (armas o lo que pudiera ser) de extraterrestres llamados Los Otros o Los Cabezones, que aparecieron de repente en los estados externos, como Nayarit, con eventos que se repetían. Los Otros, con armas destructivas, con un poder mayor que el de los humanos, comienzan con la destrucción de todo. Esteban cuenta cómo empezó todo, los personajes que se van sumando a una cruzada de forma intencional, hasta escapar y alejarse con su familia. Pero ahora, alguien los sigue, así que debe escapar mientras cuenta su historia. La verdadera historia.

Para todos los que conocen la Historia de México, aquel episodio que sucedió en el siglo XV es determinante en la vida de todos los mexicanos de ahora. Fue un hito que no podemos borrar, pero que, de una forma extraña, si no hubiera sucedido, no estaríamos aquí. Se trata de La Conquista, de la llegada de los Españoles a Tenochtitlan y la caída de éste. Como mexicanos, ya lo dijo Octavio Paz, sentimos una cierta naturaleza de victimas, hablado en «El Laberinto De La Soledad».

Hugo Hiriart nos da una nueva visión de esta Conquista con una perspectiva contemporánea (a finales de los 90's). La curiosa forma de que grandes figuras históricas se logran compaginar con los personajes actuales es una total y absoluta belleza. Como ejemplo, que mezcla seriedad, comedia y hasta un poco de drama, está "La Jitomata", quien hace un espejo de La Malinche. Este personaje logra dar una visión de esa dualidad del humano, en cuanto a ser parte de una facción, pero para sobrevivir decide actuar junto al enemigo. ¿Quién no haría lo mismo? ¿Quién se quedaría del bando humano para luchar hasta la muerte?

El protagonista, quien está narrando su historia, desde su punto de vista podemos entender que es un personaje poco confiable debido a que todo es desde su recuerdo, pero si todo lo que narra es verdad y muy apegado a la realidad, la historia es una brutal destrucción de México, el título del libro quedaría perfecto. El final de todo y el comienzo de una nueva forma de vida es enorme, y vivir bajo el yugo de un ser que no entiendes, que te puede controlar y que no sabes si te está vigilando de cerca o de lejos, amén de sus habilidades.

La trama es efectiva, logra combinar el relato de primera persona con algunos textos que se mencionan como cartas o un artículo. Desde esa forma de mostrar un contexto de México es espléndido el acercarse, poco a poco, a la destrucción. La manera en que se va iniciando con las repeticiones es genial. Quizá algunos personajes entran en un momento muy abrupto y salen de igual manera, confundiendo un poco al lector, pero cuando se logra entender, se vuelve a la senda lectora.

Un buen libro que invita a la reflexión, porque si bien la historia puede interpretarse como una visión del pasado, también puede verse con elementos actuales, y eso sería mucho peor.


FICHA TÉCNICA
Título Original: La Destrucción De Todas Las Cosas
Autor: Hugo Hiriart
Año: 1992
ISBN: 968-411-325-0
Páginas: 232


FRASES
• Fíjate bien: el solo hecho de que una cosa ya se presentó y tenemos memoria de ella hace significativamente distinta la segunda aparición de la primera.
• Ayer estuve pensando una y otra vez en porqué si un gordo baila bien es más elegante y expresivo que un flaco que baile igual de bien. Mi respuesta es que la elegancia del gordo nace de la resolución visual de la contradicción aparente entre peso y agilidad: tendemos a pensar al gordo como sedentario e inepto, por eso su gracia y ligereza nos deleitan más. El gordo no parece, digamos, hecho para bailar, por eso nos asombra.
• Los hombres no se han amado nunca por motivos tan fútiles como los que los llevan a odiarse.


(8.5/10)

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