El Hombre Que Confundió A Su Mujer Con Un Sombrero
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Oliver Sacks se convirtió en uno (si no el que más) de los terapeutas más famosos del mundo al transcribir varios de sus casos más particulares a un formato literario, en el que cada uno de ellos fuera una historia atractiva para el lector, eliminando (o reduciendo) términos especializados y así volver los casos más sencillos y entendibles. Por supuesto, los nombres han sido cambiados, pero los casos no.
Desde su primer libro, «Migraña» (1970), ya se podía vislumbrar un camino al que se dirigía, al menos a lo lejos, pues intentaba hablar sobre un tema utilizando los casos que habían llegado a su consulta, no para justificarse, sino para solamente contar lo extraño de todo lo que implica un padecimiento. En «El Hombre Que Confundió A Su Mujer Con Un Sombrero» se ve una técnica ya pulida, un ejemplo de todo lo que se verá en posteriores trabajos.
Para Oliver Sacks, contar los casos de sus pacientes no es trascender el límite doctor-paciente, pues como muchos sabemos, no se trata de los datos reales de ellos; el objetivo principal es dar a conocer las historias de las personas que viven con una condición muy extraña y que, otros que puedan leerla o doctores que puedan ver en ellos algo similar que están tratando, sepan que no están solos. De hecho, justamente la mayoría de capítulos tienen una Posdata que nos lleva a otros casos como referencia.
La división de los capítulos en las 4 partes no es al azar, cada una de ellas tiene una secuencia que las reúne en su grupo. En el primero, "Pérdidas", se habla de aquellas condiciones que se han eliminado en os pacientes, creando una imposibilidad para hacer algunas actividades o haciendo que en otra se apoye. «El Hombre Que Confundió A Su Mujer Con Un Sombrero» no sólo abre el libro, sino que da la pauta para lo que será todo, una excelente muestra del estilo del autor. La conversión de un historial médico a una historia que permita presentar al paciente, sin enmarcarlo en el padecimiento que tiene, pero sí dándole la representación de todo lo que debe vivir con él. Aunque algunos de los casos son muy serios, Sacks logra darle algunos momentos de relajación (casi un toque de comedia intermitente) para quitarle el estigma de lo problemático, de lo apartado, de lo extraño.
En parte de "Excesos" es lo contrario que en el anterior, se habla de aquellos padecimientos que contienen más de lo debido. Me parece el mejor logrado porque no se excede (jugando con el título de la sección) en descripciones ni en cosas más allá de los casos y de algunas referencias. Ya en "Arrebatos" se enfoca en aquellos que tienen tic, comúnmente presentados en el Parkinson y en el Síndrome de Tourette. En los casos presentados (al igual que en la mayoría del libro) se nota un final que pretende ser feliz, ser adecuado para los pacientes. La última parte "El Mundo De Los Simples" también trata de ser una resignificación de los pacientes con algún retraso o con Síndrome Autista o los llamados sabios idiotas (idiot savant) pues, siendo que no logran desarrollar alguna habilidad sí lo hacen con otra. La cuestión que nos deja al final es si lo "normal" debe ser siempre parte de la sociedad y lo "anormal" ser apartado, ¿porque no unirse todos?
Al igual que sus demás libros, Sacks intenta mostrar el abanico de posibilidades que tiene la mente, el cerebro y el ser humano de vivir en diferentes situaciones. La complejidad de los pacientes y sus historias nos lleva a reflexiones sencillas y profundas sobre nuestra vida. Creemos que todos los que tienen alguna enfermedad deberían ser apartados de la sociedad y dejados en hospitales o residencias, pero siempre hay algún camino para comprenderlos y crear comunicación con ellos.
⭐ (8.5/10)
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