El Coleccionista
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Para que una primera obra de un autor resulte ser un trabajo que destaque entre todos aquellos que ya existen, debe ser original, propositiva o contar algo ya escrito con una nueva perspectiva. John Fowles ha logrado contar algo así, a pesar de que el tema del secuestro o la obsesión de una persona por otra ha sido un tema común en la actualidad, la forma en que nos narra todo lo que sucede es nuevo, es interesante y está hecho para que el lector no suelte el libro. Así es «El Coleccionista».
Primero he de decir que, ante tantas menciones de que la obra era "clásica", una "obra que se debe leer" o frases similares, tuve grandes expectativas al leerlo, pero después de terminar la obra que, aunque llega cerca a las 350 páginas, la división de los capítulos y después la división de los días del diario, la hace muy sencilla, muy corta si se lee de corrido, y muy fácil en su lectura. Al terminar, aunque la lectura resulta una anécdota, lo que importa es el contenido.
Lo que importa del libro es el tema, es el desarrollo de los personajes y su propia personalidad e interacción y la simbolización de los hechos. Por un lado, Frederick es solitario y colecciona mariposas. Su psicología es muy clara pues está claro que es un hombre más de la contemplación y de la observación, y no tanto de la acción. Su empleo de oficinista recuerda a los personajes de Dostoievski, donde todo es cotidiano, rutinario, hasta que sucede algo que trastoca su vida, y lo que sucede en la de Frederick es ganar la lotería. Esto es un punto de ruptura porque permite que Frederick haga todo lo que sólo estaba en sus sueños, como secuestrar a Miranda. Planeando y acomodando todo, ve el momento y lo hace. Está claro que ve a Miranda como a una de sus mariposas, por la belleza, por la unicidad, por lo que ella representa para sí misma, pero no porque exista algo de amor romántico.
Por su parte, Miranda sí presenta rasgos de un amor romántico combinado con una admiración hacia GP, quien es muy mayor que ella, mucho más que el propio Frederick. Ella cuenta su historia en forma de diario, desde que es secuestrada hasta su muerte. La cuestión es que su psicología también admite muchas cosas interesantes, porque cree que puede manejar a Frederick, sabiendo que ella es una pieza de colección, no puede hacer que se sienta mal, por ello todo el acondicionamiento del sótano. Sin embargo, Miranda tiene esa ambigüedad de emociones, entre la mezcla de GP y Frederick, entre el odio, el amor, la admiración y la sorpresa.
Es curiosa la forma en que Miranda intenta relacionarse con Frederick, desde el apodo que le pone (Calibán), hasta sus diferentes intentos de escape. Cualquiera pensaría que ataría con mayor fuerza o no dejaría salir nunca a Miranda, pero esa debilidad hacia la chica hace que siempre vuelva a darle preferencias, ya sea con regalos o con nuevas salidas.
Lo mejor y más revelador es el final, donde nos damos cuenta que Miranda sí resultaba ser una especie única en su colección, pero no irremplazable.
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