De Cadenas Y De Hombres
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Vivir una pesadilla. Vivir una monotonía infinita. Vivir. «L'etabli» es un término en francés que significa Establecido, es decir, se refiere a todo aquel que, siendo un estudioso y teniendo los recursos para tener un buen trabajo, bien remunerado y fuera de la fábricas, se enlista de obrero para apoyar a éstos. Es por esto que la historia tiene un toque emocional y personal, es la decisión propia de querer ayudar a los demás mediante todo lo posible, haciendo que ellos mismos se den cuenta de su situación y así levantar sus voces.
Esto es importante pues se ha convertido en una acción que, desde hace varias décadas se daba comúnmente por muchas personas al entrar en trabajos manuales para formar parte de la clase obrera, de aquellos que tienen una labor física y de gran esfuerzo y que no se les toma en cuenta por lo que crean sino que se les da el valor por lo que producen. Todos ellos hacen un esfuerzo no sólo por adentrarse en ese aspecto laboral sino de tratar de entender a todos aquellos hombres y mujeres que dan su vida por un salario menor. Todo esto es lo que nos cuenta Robert Linhart en su novela «De Cadenas Y De Hombres».
Una visión a la fabrica. Al universo de los trabajos manuales y tecnologizados. Ver que la gente cree que el empleo de aquellas fábricas es color de rosa, o al menos hay libertad de hacer lo que quieras, pero no es así. Desde el momento en que el protagonista entra a la fábrica se asombra de los tonos gris en los que está, de la monotonía, de lo sistemático, de lo sinvida que tiene el interior del lugar. Ahí todo es igual, el olor, el sonido, las energías, la repetición incesante de la cadena que se vuelve a repetir y que, aunque hayas hecho el trabajo en un minuto, siempre hay algo esperando detrás de ese.
Después logra vislumbrar, más a detalle, los mecanismos, no sólo de la fábrica sino de los empleados que están ahí. Y de los jefes que pretenden observar, vigilar y supervisar, pero que no lo hacen, sino que están alerta de los fallos. Los obreros son los que parecen mecánicos, que sólo tienen en su mente realizar una sola función durante 10 horas hasta que termina su trabajo y salir a casa, sólo para descansar unas horas y volver. La mecanización del trabajo se traslada a la vida misma. Una repetición laboral que se vuelve una repetición en la vida, haciendo el mismo trabajo por 50 años. ¿Sería posible?
Los lugares por los que pasa en su trabajo son una degradación mental y física. Llega a un lugar en donde es atacado por varios frentes hasta quedar en desventaja vital. Sin decisión. Sin vida. Sin futuro. A pesar de que fue su decisión el entrar a la fábrica, y tiene la decisión de no renunciar sino hasta que sea despedido, soporta todos los embates posibles que se pueden conocer.
Su labor era tratar de crear una revolución y concientizar a los obreros, y lo hacen con una huelga que dura muy poco. Ésta no tiene los atributos de otra y cae con facilidad. Los altos mandos saben como doblegarte, como matarte en cada ámbito personal. Y de ahí, pasar a ser un objeto de ellos. Sin pensamiento, sin libertad. Uno cree que los levantamientos logran algo, pero ¿es verdad? ¿No es sólo una fantasía aquel logro? ¿No ha estado contemplado desde un principio y sólo esperaban a que sucediera para que terminara pronto y hacer creer a los trabajadores que han obtenido algo, pero no siendo así, como un oasis?
No es novedad que éste sistema de trabajo aún está vigente y lo podemos ver en la frontera de México con las maquiladoras. Pero, ¿es un problema endémico o también se puede situar en todo el planeta? ¿Qué hacer para enfrentarlo? ¿Cómo cambiar las prácticas deshumanizantes de las fábricas? ¿O es que es necesario este aspecto debido a que se trata de algo sistemático y tecnologizado? La aparición de las máquinas y robots han cambiado un poco las prácticas y con leyes de seguridad, cuidado y prevención para los trabajadores ha disminuido estos problemas. Pero aún falta mucho, a pesar de que este historia, siendo real, haya ocurrido hace más de 50 años.
FICHA TÉCNICA
Título Original: L'Établi
Autor: Robert Linhart
Año: 1978
ISBN: 968-23-1737-1
Páginas: 204
FRASES
• Todos los obreros son ladrones en potencia.
• ...lo que falta no son las armas, sino el valor de usarlas.
• En el fondo, todas las huelgas pueden reducirse a eso: mostrar que no han podido quebrarnos, que seguimos siendo libres.
• Cuando mandan a un obrero a un sitio nunca pierden la ocasión de ponerlo en su sitio.
"Es como una anestesia progresiva: podría enroscarme en el letargo de la nada y ver pasar los meses -y quizá los años, ¿por que no?- siempre con los mismos intercambios de palabras, los gestos habituales, la espera de la merienda de la mañana, después la espera del almuerzo, después la espera de la merienda de la tarde, después la espera de las cinco. De cuenta descendente en cuenta descendente, el día siempre termina por pasar. Superando el choque del principio, el verdadero peligro es ése, el aletargamiento: olvidarse hasta de las razones de la propia presencia en ese lugar. Conformarse con el puro milagro de sobrevivir. Acostumbrarse."
• Cuando mandan a un obrero a un sitio nunca pierden la ocasión de ponerlo en su sitio.
"Es como una anestesia progresiva: podría enroscarme en el letargo de la nada y ver pasar los meses -y quizá los años, ¿por que no?- siempre con los mismos intercambios de palabras, los gestos habituales, la espera de la merienda de la mañana, después la espera del almuerzo, después la espera de la merienda de la tarde, después la espera de las cinco. De cuenta descendente en cuenta descendente, el día siempre termina por pasar. Superando el choque del principio, el verdadero peligro es ése, el aletargamiento: olvidarse hasta de las razones de la propia presencia en ese lugar. Conformarse con el puro milagro de sobrevivir. Acostumbrarse."
⭐ (9/10)
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