El Hoyo

Para los que están en una situación cómoda, moverse es siempre complicado, porque los beneficios que hay en quedarse en ese lugar son mayores que los que habría al no estar en él. Por eso, es poco probable que sean relevados de su sitio, si no es hasta que por ellos mismo deciden cambiar o por circunstancias extraordinarias llega a moverse. La gente no es lo suficientemente astuta, individualmente, como para hacer un cambio en esa estructura, por lo que debe trabajar en equipo para hacer un cambio significativo. Sobre ello es que trata «El Hoyo», una película con mensajes que van desde la solidaridad, hasta la crítica al poder.

SINOPSIS
«Hay tres clases de personas: los de arriba, los de abajo, y los que caen». En un hoyo, dividido en 333 secciones como pisos, una pareja vive en cada una de ellas durante un mes y, al siguiente, son cambiados de sitio a un lugar de arriba o abajo, como tantos pisos sea posible. Mientras viven ahí, una plataforma baja desde el nivel superior, el 0, hasta el más bajo, el 333, llevando comida que, no alcanza para todos. Cuando Goreng llega al hoyo, conocerá a su compañero de piso quien le enseñará el funcionamiento de éste. ¿Será de los que aceptan su realidad en dónde esté o de los que luchan para que haya igualdad en todos los niveles y la comida pueda llegar?

A pesar de ser el primer largometraje del director, el talento lo ha tenido desde sus cortometrajes y trabajos para anuncios. En «El Hoyo» se ve el amor a la creación de historias críticas y a la propia revelación de lo que está sucediendo en esta época, aunque se diga que es ciencia ficción. Se muestra la voracidad del ser humano por aprovecharse del momento, del no-racionamiento, de vivir día tras día con lo que haya y esperar a que el próximo sea igual de bueno o mejor, pero siempre con el miedo de que lo bueno que tenemos pueda desaparecer o que nos lo quiten (esto me recuerda a todas aquellas compañías que desalojan de sus viviendas a los residentes que tiene problemas en España). Vivir el momento no se trata de sólo una actitud sino de una forma de vida que muchos han comenzado a notar en todo el mundo. Disfrutar, ser hedonistas y evitar el dolor son sólo algunos puntos en que se unen las experiencias de nuestra época actual.

Quizá sea por eso, o porque tiene una excelente visión sobre el mundo, pero de verdad, cuántas veces hemos de ver en películas, series o libros, para aceptar que el humano, en situaciones al borde, sacamos lo peor de nosotros. Tampoco significa que seamos la maldad pura en nuestro interior, pero nuestro instinto de supervivencia nos dicta que, ante una crisis, hay que actuar sin límites y pensando en nuestro bien. ¿Qué haríamos en una situación semejante? ¿Seriamos aquellos que intentan crear un cambio, una "solidaridad espontánea" o de los que se resignan a vivir dónde están y, si no les gusta, deciden terminar con todo?

La clara muestra de la sociedad es aquella frase con la que empecé la sinopsis, "hay personas arriba, abajo y las que caen". No hay frase más cierta, no hay diálogo más certero que el que tienen los dos personajes al principio, donde, hablando de ellos y de su situación, nos cuentan lo que nosotros vivimos. Comunismo, capitalismo, socialismo, sin importar creencia, estamos bajo un régimen que apoyamos aunque no queramos. Que los grandes mandos tienen el control para su continuo poder y permanencia. Cuando creemos que hay un cambio por el que podamos elegir, simplemente es un espejismo o un reflejo de otro caos que ya ha sido vivido.

Creemos que tenemos la decisión ante lo que sucede en nuestra región, estado, país o en el mundo, pero sólo somos marionetas de alguien mucho más arriba que nos ve como piezas de un juego que puede perder innumerables veces y no le importa. ¿Qué hacer? ¿Mandar un mensaje? Ese es nuestra búsqueda, el mensaje que pueda significar algo. Pero, ¿qué mensaje es tan importante o tan fuerte para llamar la atención? En la película se elige, primero, la panacota, porque la comida es lo más importante para todos (habitantes del Centro Vertical de Autogestión, y para la Administración, pues vemos que en algún momento, un chef es reñido por dejar un simple cabello en un postre). Después, se elije a la niña como mensaje, pero aquí hay muchas preguntas. Si no se aceptan menores, ¿cómo ingreso? ¿Quién la dejó entrar? ¿Cómo llego hasta el nivel 333?

La película tiene grandes hoyos que sólo el espectador podrá llenar con sus divagaciones sobre lo que ve (desde esas escenas de los chefs preparando los platillos, hasta ese final en el que el protagonista se vuelve a encontrar con su primer compañero, y después la niña subiendo al nivel 0). Eso puede ser lo idóneo para un espectador ávido de historias que lo dejen pensando, pero para otros, quizá sea un sinfín de huecos que necesitan ser explicados. Y quizá eso tenga solución, pues ya se ha confirmado una segunda parte.

De las actuaciones ni hablamos pues son muy buenas. De los efectos, aunque son pocos, son muy buenos. La edición de sonido es magnífica para el género del que se trata y de los pequeños lugares en donde transcurre la historia. Aunque el final puede decepcionar a muchos, a otros nos dejará satisfechos porque ese es un final cálido, prometedor. Esperanzador. Nada mejor que saber que todo puede solucionarse con "solidaridad espontánea". O no, ya veremos en la secuela.



PÓSTER ALTERNATIVO


FICHA TÉCNICA

Título Original:
El Hoyo

Estreno: 6 de Septiembre del 2019 [Toronto IFF]. 8 de Noviembre de 2019 [España]. 20 De Marzo del 2020 [Netflix].
Reparto: Iván Massagué. Zorion Eguileor. Antonia San Juan. Emilio Buale. Alexandra Masangkay. Zihara Llana. Mario Pardo. Algis Arlauskas.
Director: Galder Gaztelu-Urrutia
Género: Ciencia Ficción. Thriller. Horror.


TRÁILER



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