Mis Tardes Con Margueritte
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Uno podría pensar que los lazos que creamos desde que somos niños se mantendrán durante toda la vida, pero no es así, cuando crecemos nuestros gustos también crecen, nuestras prioridades, nuestras decisiones hacen que vayamos dejando a personas en el camino y creando nuevos lazos con nuevas personas. Así se comporta la vida.
En cada situación en la que estamos nos encontramos con personas que nunca antes habíamos conocido y con las que puede o no que congeniemos. Y sus gustos puede, o no, que sean de nuestro agrado. Ahí hay otra muy buena característica de la socialización: aprender cosas nuevas de los demás que nos ayuden a ser nuevas personas. Esto es lo que nos cuenta «Mis Tardes Con Margueritte».
Hay algo que el cine francés tiene y es esa sensibilidad de contar historias sencillas con una profundidad abismal. Puede tratarse de cualquier tema, ser dirigido desde cualquier género, tocar tramas importantes o no tanto, pero siempre habrá ese sentido de llegar hasta lo más hondo de las emociones gracias a que sus personajes se acercan muchísimo a la realidad. Si bien en algunas ocasiones esa realidad toca un punto de surrealismo o hiperrealismo, en su mayoría logran convencer en su verosimilitud en todo aspecto.
«Mis Tardes Con Margueritte», siendo una adaptación de una novela, se siente muy bien lograda, tocando los puntos óptimos para que todo se sienta en su lugar, sin exagerar en ninguna ocasión ni yéndose por las ramas agregando cosas sin sentido. En cuestión de fidelidad hacia el recurso original, es muy bueno.
Después de ello, las actuaciones toman una importancia enorme porque todos los que aparecen dan un sentido a la historia, hacen que cada situación se convierta en una representación fiel de lo que pudiera pasar en la vida de cualquier espectador. Y debo aceptar que, en mi opinión personal, llegué a sentirme identificado en el personaje de Germain Chazes (más adelante explicaré el motivo).
Primero, hay que aceptar que el cast fue excelentemente elegido. Desde Gerard Depardieu que logra hacer un fantástico protagonista que busca su identidad en un mundo en el que pensaba ya lo tenía, pero que con la nueva irrupción de Margueritte, ve que aún hay muchísimas cosas nuevas por conocer y sentir. En el caso de Gisele Casadesus como Margueritte, es sumamente linda, como una abuela que lo único que pretende es disfrutar sus últimos años a sabiendas que se acerca la hora de partir. Lo mejor es la química que se crea en ambos, ese cariño, ese respeto, esa amistad que va más allá de una relación intelectual.
Ahora bien, la importancia de todos esos elementos anteriores se une en una plétora de subtramas que se van desarrollando conforme se van presentando a los personajes y se desarrollan sus historias.
De lo primero que nos damos cuenta es el tema de la maternidad. La madre de Germain era una mujer que disfrutaba la diversión, pero que un "error" termina por hacer que tenga un hijo. La crianza no es buena para él, haciendo que se vuelva torpe y tenga dificultad en el aprendizaje. Así pasan los años y el crecimiento sigue siendo muy negativo. Pero es curioso ver que, aunque el amor casi no se note explícitamente entre ellos (madre e hijo), hay una buena relación implícita que vemos, por ejemplo, cuando lo defiende al ser golpeado por la pareja de su madre. Este breve, pero muy gran detalle, sobre el cariño, hace que Germain, ya de mayor, no la abandone, sino que se sitúe en el patio de su casa e intente cuidarla. Germain no se volvió una mala persona, al contrario, sabiendo la forma negativa en que fue tratado, toma eso como base para no repetirlo, y lo aplica en su relación con Annette (que me hubiera gustado conocer cómo decidieron ser pareja porque ella es muy cariñosa y ve el lado bueno de Germain).
En segundo lugar, vemos la introducción de Margueritte y el conocimiento de los libros. Germain y Margueritte encajan perfectamente a pesar de la diferencia de edades y de la diferencia intelectual (una científica y un campesino/vendedor). La ignorancia de Germain es caldo de cultivo para que la lectura (en, al menos, dos diferentes variantes) se desarrolle. La lectura se vuelve una forma de comunicación, de aprendizaje, de relación entre ambos. A pesar de la resistencia de Germain (mental, física y social, como la reacción que tienen sus amigos al usar palabras que antes no usaba), logra aceptar que la lectura puede ser algo importante (quizá más fuerte debido al deterioro de Margueritte).
Esta relación crece y permite que entre ambos crezca una retroalimentación dual. Por un lado, Germain se vuelve un poco más sensible frente a las situaciones de los demás (a Florencia, su jefa; a su madre; a Annette); por el lado de Margueritte, también se siente más querida, pues su única familia la ha abandonado.
Hay dos momentos que se memoran debido a las frases que se dicen en ellos y que me parecen muy poderosas. El primer instante es cuando, entre los dos, aparece por primera vez el tema de la madre y el hijo, sobre la mala relación que tuvo Germain. Él pregunta qué hubiera pasado si el autor del libro hubiera vivido eso, que su madre no lo hubiera querido, y Margueritte responde que simplemente él conocería todo por sí mismo. A veces es mejor tener una guía en cuestiones de la vida, pero cuando no se puede, ser autodidacta y aprender todo por cuenta propia es un disfrute igual de importante.
El segundo momento está en el final, cuando la voz en off dice que hay personas que nunca dicen "Te Quiero", pero se quieren. Y eso resume bastante la película. En la relación que existe entre Germain y Margueritte nunca escuchamos que se digan que se quieren, pero ambos lo hacen; la relación entre Germain y su madre es completamente mala, pero se quieren; ocurre igual en la relación de Germain y Annette, pues nos hace dudar cuando hay pequeños momentos de descontentos entre ambos, pero a fin de cuentas se quieren.
Dije que me había parecido muy identificatorio el personaje de Germain, y así fue porque mi relación con mi madre tampoco fue muy buena, aunque tampoco fue tan mala como sucede en la película. El punto en el que me identifiqué más fue en el hecho de tener que aprender por mí mismo todo lo que significaba la vida, el trato a las demás personas y cómo habría que ser respecto a los demás. Gracias a ello pude acercarme a los libros y así ser lo que soy. En ese aspecto también me diferencio con el de Germain, pues él decidió ser más práctico y refugiarse en su trabajo y en su huerto.
Basada En: «La Tete En Friche» de Marie-Sabine Roger [2009]
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