La Probabilidad Estadística Del Amor A Primera Vista
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Creemos que las cosas suceden porque sí o porque ya están escritas y nosotros simplemente pasamos sobre ese camino ya arado por un destino. Pero ambas visiones son válidas porque ninguna ha sido negada con pruebas. Ambas son ciertas porque las dos creencias tienen sus seguidores que apoyan con todas sus experiencias ese punto de vista. Que las cosas ya estén escritas o que haya una forma de cambiarlo o que se pueda predecir lo que ocurrirá, no es fácil, pero es divertido verlo plasmado en historias entretenidas. Dentro de la comedia romántica, la presente película, «La Probabilidad Estadística Del Amor A Primera Vista», es un ejemplo de ello.
La película, al igual que las varias adaptaciones de novelas románticas que se han realizado en los últimos años, tienen algo muy parecido, y es que intentan proponer algo nuevo o intentar dar un nuevo giro inesperado a las historias que hemos visto con anterioridad. El ejemplo de la presente película es sencillo, hay muchas películas que intentan hablar sobre el amor a primera vista, con su respectivo tópico y sus propias personalidades en los protagonistas, pero lo que se diferencia de ellas, es que no trata de mostrar una historia exagerada, ni muy ficcionalizada, ni muy forzada para que ambos personajes encajen.
La pareja creada por ambos actores es espléndida, es muy real, desde la manera en que se encuentran hasta la forma en que se buscan. Esto sólo puede ocurrir si ambos están interesados en el otro, y piensen en todas aquellas veces en que uno de nosotros pensó en buscar a aquella chica o aquel chico que conocieron durante un breve momento, pero que marcó un buen tiempo. Esa decisión se ve realizada aquí, y se siente tan real que nosotros mismos pensamos en hacerlo o sentimos esa empatía con ambos personajes para que su encuentro sea fructífero.
Esto funciona gracias a las grandes actuaciones de Haley y Ben que logran impregnar de sencillez, de credibilidad y de un amor que se siente en sus papeles, a los personajes. Esto se apoya en la excelente estructura del guion que, desde sus primeros minutos, sentimos sencillo (que no simple), agradable para el espectador (a pesar del uso de matemáticas y estadística en las explicaciones en varios momentos), de las divertidas experiencias por las que se ven ambos protagonistas dese que se encuentran y, sobre todo, por la excelente forma de adaptar una novela romántica a una película donde la esencia de ambos permanece con ese amor a primera vista.
Desde el primer diálogo de la narradora (muy bien realizado por Jameela Jamil) nos dice que no se trata de una historia de amor sino que es una historia de probabilidades, de estadística, y eso nos lleva a que el principal punto de la historia se enfoca en Oliver, en su sufrimiento por una madre que está cerca de morir por cáncer y su mecanismo de defensa al usar estadística para cada momento de ansiedad. La aparición de Hadley no hace sino ponerlo en conflicto porque, por primera vez, alguien le hace ver que eso no es funcional y que es mejor liberar sus emociones. De esta manera se entiende que no se trate de una historia de amor, sino de Oliver, de sus emociones reprimidas y su posterior alivio al aceptar a Hadley (por supuesto, ella también tiene su propia historia, pero queda reducida a segundo plano).
Es verdad que la película toma como base varias películas del género que se notan fácilmente, pero como un producto que intenta satisfacer más a los conocedores de la obra original y después a la del género, funciona de maravilla.
Basada En: «The Statistical Probability Of Love At First Sight» de Jennifer E. Smith [2011]
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