El Principito

Antoine De Saint-Exupéry dio vida a uno de los personajes más queridos de la literatura mundial: El Principito. Con un carisma que ha rebasado a toda la gente, con su impertinencia al realizar preguntas, con su inocencia contagiosa.
Su vida se puede relatar fácilmente en unas cuantas palabras, pero, ¿cómo relatar su obra más famosa?
Un viajero se estrella y cae en un lugar del desierto. Se queda varado por días, semanas tratando de arreglar su malhecho avión. Un día aparece un niño, un personaje pintoresco vestido como un rey, pero pequeño, un principito. Este ser le comenzará a contar el viaje que ha hecho desde su planeta, un asteriode muy lejano, y su paso por otros planetas encontrándose con hombres “serios” y sin diversión. Su viaje lo ha llevado a la Tierra en busca de un humano y se encontrará a animales antes de encontrarlo a él. Ahí se forjará un lazo casi inexpugnable.

Inspirado en su esposa, en Argentina o en varios lugares del mundo, en sus viajes, en cualquier cantidad de eventos que le dieron la idea de escribir uno de los mejores libros de la historia.
§
Junto con algunas de sus citas más sensibles, apabullantes, frías (pero enternecedoras y directas) y filosóficas de su novela, trataré de dar mi opinión y reflexión.
• Todas las personas mayores primero fueron niños (pero pocas lo recuerdan). [Dedicatoria]
Así comienza a narrar Antoine en una dedicatoria, y qué dedicatoria más acertada cuando se trata de describir un cuento (o novela) infantil. Los adultos seguimos siendo niños en nuestros corazones, en nuestro anterior, en nuestras acciones. Siempre llevamos al niño interior que tenemos y que pensamos ha desaparecido. Los sueños que antes se colaban en nuestra mente ahora han desaparecido pero teniendo remanentes en nuestro comportamiento. Los niños siempre vivirán en nosotros y nosotros en ellos, si los dejamos vivir.
• Las personas mayores nunca comprenden por sí solas las cosas, y resulta muy fastidioso para los niños, tener que darles continuamente explicaciones. [p. 13]
Cuando somos niños tendemos a hacer un alboroto con preguntas o con acciones que a más de un adulto sacan de quicio. Pero “son niños” es la respuesta continua, y lo son, pero en sus mentes inocentes (no todas) se lleva a cabo una invención de miles de cosas que, si los adultos no vemos o nos empeñamos en descreer, derribaríamos sin querer. Hay que dejar a los niños ser niños pero no solos, guiándolos.
• -Por favor… ¡Dibújame un cordero! [p. 14]
Aunado a lo anterior, hay que apoyar a los niños en todo. Si desde pequeños se dejan ver algunas habilidades para hacer alguna cosa, hay que dejarlo que lo desempeñe como tal, no cerrarlo a la oportunidad de otras cosas. Si por el contrario, un niño no puede hacer algo, es normal, nadie nace y crece sabiendo hacer todo, ayúdale a que lo comprenda pero nunca le digas nada negativo. Ensalza lo positivo y guíalo.
• Hacia delante de uno, siempre derecho, no se puede llegar muy lejos… [p. 21]
En este punto no quiero sonar muy negativo (contrastando con lo anterior) pero si mencionar (sólo mencionar) que nuestra vida no es un lecho de rosas, no es un camino derecho por el cual vamos y llegamos. No. Es un continuo de baches, vueltas, desviaciones, pero todo ellos es el camino de la vida, de la experiencia, sin ello no sería vida. Hay que aprender a aceptarlo y saber que todo tiene un pecio.
• Los adultos tienen gran afición y respeto por los números. [p. 22]
Cuando uno crece comienza a hacerse más serio, a importarle cosas que cuando era niño no tenían la menor importancia, y es normal, pero nunca se debe dejar de lado todas a aquellas cosas que disfrutamos de niños. No debemos olvidar nuestro pasado ni darle la espalda a aquellos que aún la viven.
• Cuando uno está muy triste son agradables las puestas de sol. [p. 30]
No hacen falta muchas palabras para mencionar la soledad de manera tan poética. Cuando uno está solo se pueden hacer tantas cosas y disfrutarlas, pero cuando ni siquiera se disfruta de ello, la felicidad viene de otras partes, como una puesta de sol.
• Si alguien ama a una flor y no existe más que un solo ejemplar en millones y millones de estrellas, esto es motivo suficiente para que ese alguien se sienta feliz cuando la mira. [p. 33]
De una manera tan básica se puede decir que cuando uno está enamorado de aquella persona que lo hace temblar y lo hace sentir “algo” en el estómago, ese alguien especial es uno en el universo, es aquella rosa que El Principito cuida y anhela proteger. Es sentirse amado y amar a aquella persona.
• ¡Las flores son tan contradictorias! [p. 37]
Pero aquellas rosas no siempre son sensibles, no siempre son lindas, también empuñan espinas como cuchillos filosos que usan para protegerse. Lo sensible y frágil junto con lo duro y espinoso. Algunas (varias, o la mayoría, sino es que todas) son rosas. Contradictorias en sí mismas.
• Para los reyes el mundo es muy simple, ya que todos los hombres son su súbditos. [p. 41]
Para las personas que se sienten superiores, para aquellas personas que hacen menos a la gente, que creen tener a la gente en su mano y que todo lo que ven es suyo, a todos ellos se les puede hacer fácil la vida, pero nunca dejarán de sentirse tan solitarias y tan inútiles.
• Yo te admiro… ¿Pero de qué te sirve? [p. 48]
A algunas personas el ser admirado, el que lo vean, el que lo tomen en cuenta es tan importante como para otros el ser escuchado, o el ser cualquier-cosa, pero, para qué sirve. Si lo son debe ser por algo.
• Bebo… para olvidar que tengo vergüenza… de beber. [p. 48-49]
El ser adicto a alguna sustancia que nos provoque una sensación de alivio, de felicidad o de simple olvido, para olvidar los baches en los que nos hemos metido, es algo que a muchos nos pasa. El punto será reconsiderar esa acción. No etiquetándolo como un problema pero sí como algo a lo que se debe tener atención. Detrás de cada acción se esconde un motivo, y debajo de ellos hay un dolor. No sólo las rosas son contradictorias.
• A mi me pertenecen las estrellas ya que nadie había tenido jamás la idea de poseerlas. [p. 52]
El deseo exagerado de poseer de las personas. Cuando alguien quiere ser reconocido no lo hace porque se sienta feliz por haber logrado algo, es porque le gusta “poseer” a los demás. ¿Cómo? Con su admiración. ¿Por qué? Porque le agrada sentirse atraído por la gente, dando lo que ellas esperan, teniendo su encanto. Si a alguien se le ocurre una idea no pierde tiempo en realizarla y darse crédito a él mismo. Hacía acciones que sólo le conciernen a él y que sólo él se beneficia.
• Se ocupaba de algo más que de sí mismo. [p. 56]
Pero después de todas esas personas que tienen defectos, que son todas, después de todas aquellas personas que se creen mucho, después de toda esa capa que oculta la verdadera bondad y maldad de la gente, hay personas que se ocupan no sólo de sí mismos y ayudan o hacen cosas para otras personas.
• El geógrafo es demasiado importante para andar explorando por ahí. [p. 58-59]
En estos días, en esta época, varias cosas han comenzado a hacerse de manera tecnológica, de manera virtual, algo que ha hecho que nosotros, la gente, deje de importarse por las cosas “verdaderas”. El internet ha contribuido a ello, y no digo que sea malo, es sólo que la facilidad de las cosas ha hecho que la gente deje de importarle el “hacer las cosas” y no sólo verlas.
Y es por ello que toda la gente no sólo tiene su lado bueno y su lado malo, no sólo hace acciones buenas y acciones malas, no sólo elije un camino u otro, no sólo es fuerte o débil; tiene diferentes personalidades que lo definen y que éstas definen su comportamiento. Tales como hundirnos en nuestras actividades y dejar que nuestra vida pase frente a nuestro rostro sin darnos cuenta y olvidarse de vivir. Ese ir y venir de un lado a otro no nos deja vivir tampoco. También se han olvidado de esa magia que tenían de niños y ahora sólo viven sin sorprenderse de lo que está alrededor de ellos. Tenemos comportamientos extraños que nos sorprenden a todos. A veces somos tercos, a veces tan sensibles.
• También está uno solo entre los hombres. [p. 64]
• El viento los lleva, pues no tienen raíces. Y no tenerlas les causa amargura. [p. 66]
• Los hombres no tienen imaginación, repiten lo que uno les dice. [p. 68]
• Para humillarme a mí también, sería capaz de dejarse morir de verdad. [p. 68]
• Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, te estaré esperando desde las tres. [p. 73]
• No se ve sino con el corazón, pues lo esencial es invisible para los ojos. [p. 76]
• Nunca está nadie contento donde se encuentra. [p. 79]
Pero a pesar de todo ello, siempre hay un oasis en el desierto del cuerpo.
• Lo que embellece al desierto es que oculta un pozo en cualquier lugar. [p. 82]

DATOS
Título Original: Le Petit Prince
Autor: Antoine De Saint-Exupery
Año: 1943
ISBN: 968-15-0256-6
Páginas: 96


 (9.5/10)


Curiosidad:
- Enrique Bunbury es un fiel amante de la literatura y es por ello que El Principito es una de sus obras más queridas hasta el punto de tomarla como inspiración para realizar la canción llamada Estrellas.

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