Volver A Casa

Como no tengo un hermano gemelo, las historias de este tipo me parecen más atractivas que personales, disfruto de la historia, del desarrollo de la trama y de las peripecias que cada uno de los hermanos tiene que pasar para resolver el enigma que tienen que enfrentar. Pero hay algunas que son especialmente hechas para aquellos hermanos gemelos (o cuates, en todo caso) pues la empatía se siente mayor en ellos, las vivencias y experiencias de cada evento son casi endémicas de ellos, es por eso que me quedo en el sitio de espectador y disfruto de ellas.

Aún así, como dije, las disfruto demasiado, no como parte de un gemelo sino como persona que también puede identificar las problemáticas que se narran. Esto sucede en varias novelas que, no tomando en cuenta el gemelo, se habla del doppelgänger (el gemelo malvado que existe en la antípoda nuestra). Un recurso ya fue usado en la novela anterior de esta trilogía, pero sólo como base para contar la relación entre madre e hija. Aquí sí entramos más allá de una relación entre sosias, más profunda y más dramática.

Juan José Millás retoma un poco de ambos temas para entregarnos la última parte de la Trilogía de la Soledad, llamada «Volver A Casa».

SINOPSISJuan y José son hermanos gemelos que han sido inseparables durante su niñez y juventud, pero tras crecer han hecho una vida con esposa e hijos. Los dos han recibido diferentes atenciones y, debido a su parentesco, su madre le coloca a uno de ellos una cadena para diferenciarlos. Siendo adultos, José siente que debe ser tratado igual que su hermano, y es así como deciden cambiar de identidad. Tras varios años, José (quien ahora es Juan) quiere volver a ser quien era al principio, pues extraña su vida y a su esposa. El camino para volver a casa es difícil cuando quiera despedirse de su actual pareja y más al saber que su hermano se encuentra desaparecido.

Cuando uno comienza a leer la trilogía, se da cuenta de todas las influencias que Millás tiene para escribir cada una de las novelas que la componen. Es muy claro que, entre ellas, se encuentre la «Trilogía de Nueva York» de Paul Auster, y es que el estilo de escritura y los temas que tocan, así como el sentido del humor y su género casi surrealista se acompañan en cada pagina. No es fácil desligarse de ello, y más cuando este tercer libro es casi lo que fue «La Habitación Cerrada», aunque claro, con sus propia narrativa y un objetivo totalmente distinto.

Lo que nos presenta Millás en «Volver A Casa» sigue manteniendo el orden de lo que liga a las novelas anteriores: la soledad. Pero el autor logra darnos panoramas de el tema con diferentes perspectivas, sino fuera así, cada libro sería una repetición y no lo es. En este caso, ser parte de un gemelo, olvidar la individualidad que caracteriza a cada uno, aunado a la tragedia familiar y al desencanto que la madre tiene sobre uno de ellos a pesar de ser casi iguales, es lo que explota en uno de los hermanos y nos da una historia que bien podría llegar al suspenso.

El tema de los gemelos es muy claro para usarlo como metáfora de esto, de la individualidad o de la pérdida de la conciencia como parte de uno o del todo, pero también para las crisis existenciales que nos colocan en un momentos decisivo. El autor juega con ello para darnos una historia fuerte y clara (en cuestión de golpe anímico, no de la narrativa pues eso ya es menos claro) sobre ello. Debido a su argumento excesivo (como bien lo dice el hermano del protagonista) la confusión forma parte de la historia, pero en cuanto se toma el hilo, comprendemos lo que nos quiere decir.

El juego inicial entre Juan y José parecería sencillo, hasta cómico, pero mientras avanza la historia vemos que oculta algo mucho más profundo, más ligado al drama y al thriller. Un fondo que hace que «Juego De Gemelas» parezca una producción de Disney, y esto es porque el intercambio de gemelos en la novela es más cercano al robo de identidad, a un dejar-de-ser-yo para ser-otro. Puede ser sencillo explicar que un se haga pasar por el otro, pero cuando vemos que implica toda la vida, amigos, pareja y hasta el amor recibido por la madre, nos damos cuenta que no se trata de algo sencillo, sino psicológico y hasta de horror.

La soledad puede ser una compañera bien aprovechada para lograr lo que tenemos entre manos, pero también puede ser una maldición que hay que deshacer. La compañía, por su parte, también puede traer estos dos vértices y lo que la novela nos enseña es eso, para cada momento la soledad y la compañía son buenas, pero hay que saber quien está en cada lugar.

Magnífico trabajo de Millás el de darnos en forma de novelas tres ensayos sobre la soledad en algunas de sus tantas presentaciones, y que esta misma soledadse encuentra reflejada en alguien más, en un hermano, en una antípoda o en una persona sin nexos con nosotros. Queda realizada una gran obra con una gran enseñanza y un excelente entretenimiento casi filosófico sobre nosotros mismos y dónde nos encontramos.


FICHA TÉCNICA
Título Original: Volver A Casa
Autor: Juan José Millás
Año: 1996
ISBN: 9788432218163
Páginas: 256


FRASES
• Los escritores son así; necesitan desaparecer de vez en cuando para acumular experiencias con la que entretener luego a sus lectores.
• La vida era una trama, un conjunto de historias anudadas, entrelazadas, que daban lugar a un tejido que denominamos existencia.
• Esto es lo que tiene la madurez —pensó—, que puedes renunciar a cosas por las que hace algunos años habrías dado la vida.
• No hay espectáculo que produzca más asco que el paso de las generaciones, porque es como el movimiento de una noria: siempre lo mismo, pero con un decorado diferente para que no maree tanta repetición. Por eso, para ser uno mismo es preciso no ser nadie durante una temporada.


(9/10)

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