Misterio A Bordo + Misterio A La Vista
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No es novedad que Adam Sandler no es uno de los actores favoritos de la crítica cinematográfica, aun cuando hayan producciones donde logre crear muy buenos personajes (pocos, eso sí, pero muy buenos, que hacen olvidar los demás). Su comedia es básica y se sustenta de los chistes sexuales, subliminales y de mal gusto, que en algunas películas logra ser un refresco, pero en otras se excede y llega a lo vulgar. Sin embargo, en aquellas propuestas donde logra mantenerse en un límite, nos regala buenas comedias.
Desde las películas románticas como «50 Firsts Dates», pasando por comedias familiares excelentemente hechas como «The Meyerowitz Stories», hasta la comedia sencilla, pero lograda de «Big Daddy», o la muy infravalorada «Uncut Gems». Quizá sea de los pocos actores con una carrera tan extensa y tan desequilibrada (en cuanto a calidad se refiere de todos sus trabajos), pero a veces nos regala obras entretenidas, ya que ese es su público principal. Es el caso de la presente película, «Misterio A Bordo».
Ya decíamos que Adam Sandler no es muy bien recibido en el cine por parte de críticos y de alguna parte de la audiencia, pero los que sí lo quieren y aman sus producciones son aquellos que disfrutan de la comedia como la presenta. En esta película que produce Netflix (una de las tantas con las que tiene contrato) podemos verlo, sí, con una comedia por momentos exagerada, con tonos de ironía y de parodia, pero también hay momentos en los que se controla y da buenas escenas.
La película nos muestra a un matrimonio que, como regaló, deciden ir de viaje a Europa aun sin tener dinero que lo pueda sustentar, y eso es lo que sucede en otras historias, el querer quedar bien con la pareja sin importar lo que suceda. El cliché crece en otras dimensiones cuando se conoce a un millonario, cuando la aventura comienza y cuando deben limpiar su nombre. ¿No los hace recordar a Steve Carrell en «Date Night» (y así, otras más)?
Quizá lo de cliché suene muy directo, más bien, lo que quiere hacer y lo logra a medias, es crear una suerte de parodia de todos aquellas historias de crimen y misterio. Haciendo un poco de spoiler, no es para nada excéntrico ver en aquella última escena el tren de Orient Express, famoso por la novela de Agatha Christie.
Tiene momentos rescatables. Su manufactura es impresionante debido a que viene de Netflix y, en ellos, pocas producciones escatiman en ello. Las actuaciones son buenas y cumplen con su cometido de mantener una cierta intriga en la historia. No se muestra un misterio abrumador por saber quien es el asesino, pero quizá algunos sí se lleven la sorpresa al final.
Lo divertido está presente en toda la película, lo que logra hacer de su duración algo que no se contempla. La velocidad de la narrativa es velo y hace que, sólo un momento después de que la empezaste a ver, ya se haya acabado.
TRÁILER
No hemos de negar que estas películas son muy afortunadas por dos razones: los actores que participan en ellas, y la comedia muy sencilla que manejan. Pero tampoco hemos de negar que, por esa misma sencillez de la historia, es por lo que terminan siendo olvidadas y relegadas a un compendio de películas de regulares a malas. Quizá tengan una vida un poco más extensa debido a las razones que la vuelven famosa (las que mencionamos primero), pero no serán mucho más allá de ello, convertidas en algo de calidad superior.
Y ocurre mucho más con esta secuela ya que, al ser una segunda parte, sufre de las carencias que muchas tienen al basarse y querer replicar el éxito de la primera. Usan la fama que les otorgó la anterior para crear una más, pero dejan de lado otro aspecto importante: la historia, la trama. Esta muy claro que, aquí no se empeñan en mejorar la historia que se presentó en la primera entrega, sino aprovechar el éxito que tuvo para generar una película más y asegurar otro tanto. Se nota, porque la trama se siente repetitiva, trata de simular lo mismo y quiere ser mejor, pero no lo logra.
Las actuaciones sufren por este punto ya que sólo resaltan los protagonistas. Sandler y Aniston hacen una gran dupla, pero hay varios chistes que ya se salen fuera de control y no dejan fluir la historia de una mejor manera. El resto del cast se ve opacado y reducido ante una trama más sencilla y quizá hasta pretenciosa.
Se entiende el proceder de ambas películas, usando la figura de enormes personalidades del cine, de un género que siempre será garantía porque tiene un diapasón muy grande, pero no todo debe ser simple, a veces hay que dar más de lo que se tiene para ofrecer un resultado mejor. Aquí sólo quisieron continuar una historia sin la misión de mejorar. Que la historia vaya a París no significa que sea mejor. Es entretenida, sí, pero muy olvidable.
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