Shirley
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SINOPSIS
Fred y Rosie forman una pareja de estudiantes que se mudan a una nueva ciudad. Stanley y Shirley Jackson les dan hospedaje durante unos meses. Él es profesor de literatura, y ella es una escritora de thriller que se encuentra en un punto intermedio entre obras. Ya ha publicado varias y «La Lotería» se ha vuelto difícil de superar. Con la llegada de la pareja, su mundo se descoloca pues lo cotidiano, la dureza de su pareja y las vivencias con Rosie vuelven a la escritora un huracán de ideas que sólo al final logra controlar para terminar una de sus grandes obras «La Maldición De Hill House».
El horror del ser humano siempre se encuentra en uno mismo, es una tesis que en todos los aspectos del entretenimiento y el arte nos han venido enseñando en toda su historia. A pesar de que haya ficción que los haga físicos, todo ello proviene de una realidad que, real o manipulada, existe. «Shirley» nos permite adentrarnos a ese aspecto desde todos los puntos posibles. El género sorprende porque se aleja del drama convencional para llegar a un thriller fantástico que a más de uno logrará enchinar la piel, y es ahí donde el horror comienza. También se siente esa emoción en la historia, en la narrativa, pues Shirley Jackson escribe lo que vive (con sus metáforas, con sus imaginaciones mezcladas, pero al fin y al cabo es lo que ve, lo que percibe) y de lo que es víctima. Ésta ultima perspectiva es muy fuerte porque se ve claramente la ansiedad que siente, la presión a la que es sometida por su esposo al creer que debe enfocarse en un sólo género.
Todo esto se logra gracias a una perfecta actuación de Elisabeth Moss, que está irreconocible, o más bien, que es una excelente Shirley. Su actuación no sólo es debido al gran guion al que está ligado, sino a una interpretación excelsa en cada momento, en cada exigencia que le es impuesta. Transmite lo que ya mencionamos, esa ansiedad, el dolor, cada gesto es magnífica. Quizá el personaje de Stanley se vea menor a su lado, pero también ayuda a que Shirley sea como es, así que es un gran apoyo. Los personajes de Fred y Rosie logran su cometido y son los que ayudan a que los pensamientos de Shirley sean más potentes, mucho más con Rosie.
La dirección es asombrosa. Como ya mencionamos, logra darle esa peculiar forma de thriller psicológico, de toque oscuro y casi gótico como sus obras, por el manejo de las cámaras y la edición, además de algunos pasajes que parecen oníricos. No por lo fantasioso, sino por lo artístico de las imágenes. A ello hay que sumarle un diseño de arte espléndido y una fotografía muy bien cuidada.
Cualquiera que haya leído a la autora, ya sea en sus relatos o en sus novelas, encontrará bastantes referencias en la película y, al igual que en «Tolkien», se agradece el atrevimiento de cada una en acercarse más a un género o subgénero que poco se usa en las películas biográficas. Las dos producciones son muestras de que, cuando se tiene dos enormes personajes, la historia debe ser igual o mayor para contar su vida.
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