Rebecca
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Las tres películas de esta crítica son remakes o secuela que tratan de ser contemporáneas y darles un toque actual, en el que, se supondría, sus historias mejorarían respecto a las anteriores, pero en su intento por llegar un escalón más sofisticado, se quedan en un vano intento de mejoría. Ambas con una gran aceptación por parte de la crítica y el público que ahora se ven rehechas. Ambas con una historia de intriga y suspenso,, aunque con subgéneros diferentes.
En el caso de «Rebecca», es muy clara la forma en que quieren hacerla sofisticada debido al diseño de arte, a la fotografía y a la dirección, teniendo en cuenta que la de su predecesora fue filmada en blanco y negro. Pero sólo es un detalle nimio ya que la dirección de Alfred Hitchcock es una belleza. En ese punto sale perdiendo la actual. Quizá en el único punto en que podría ganar es en las actuaciones, ya que Lily James personifica a una mujer naïve, sencilla y hasta un punto de ingenuidad que logra creerla, mientras que Armie Hammer logra personificar a un heredero de una gran fortuna y líder de una estirpe. Ambos están bien, pero el cambio en el guion es un detalle que sale a destrozar la película.
A pesar de tener una buena intención al contar una historia muy romántica en la primera media hora, después a un misterio que pretende llegar a una historia gótica que se aprovecha de la ola de las producciones de casas encantadas, para luego llegar a ser un thriller psicológico, no logra tener un hilo que la vincule como obra completa, a excepción de los personajes. El guion se diluye entre tantas cosas que no concreta. También se enreda al final tratando de ser pretenciosa y crear una vuelta de tuerca tras otra para fingir ser inteligente, pero lo único que se enreda en la película.
Es entretenida porque logra crear un ambiente idóneo en cada parte que proporciona, pero pareciera más una serie, o una película antológica que no termina por desarrollarse por completo.
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