El Profesor

Internet siempre será un lugar variopinto debido a que lo conforman una cantidad de personas inmensa con diferentes deseos, búsquedas y colaboraciones que llegan a un grupo específico. Esto puede ser bueno porque nos permite conocer información que en otro sitio sería imposible, ya sea porque es difícil o porque se trata de algo nuevo o en otro idioma o sencillamente no está en físico. Pero también hay sitios particulares que destacan por su peculiar giro de información o por su tétrico público que lo ve. Desde sitios pornográficos, hasta sitios ilegales.

Dentro de éstos últimos puede haber una plétora de ramificaciones que uno no podría visitar ni en mil vidas, pero que, por desgracia, los que son ávidos consumidores de esos productos lo tienen fácil. Están hechos para ellos, para su disfrute o para su vida. Hay uno en específico donde personas son secuestradas y puestas en una cámara para verlas día tras día, hora tras hora, privadas de su libertad y de todo contacto. Personas que sufren por darle gusto a pocas personas que harán lo que sea por seguir disfrutando de ellos.

Bajo esta descripción, John Katzenbach usa el delito para crear una novela llamada El Profesor.

SINOPSIS
Jennifer Riggins se ha escapado dos veces de su casa, pero la policía la ha encontrado las mismas. Esta vez planea tener más cuidado y evitar que se enteren hasta que sea tarde y se encuentre más lejos. El profesor Adrian Thomas se ha enterado que está enfermo de un raro padecimiento que le irá menguando la memoria. Él decide suicidarse, pero antes de hacerlo ve que a Jennifer la raptan en una furgoneta. Las alucinaciones comienzan a aparecer diciéndole que puede ayudar a encontrar a Jennifer antes de que sea tarde. Cuando la madre de la chica se entera de que puede haber sido secuestrada, la oficial Terri Collins se pone al mando de la investigación y con Adrian intentarán encontrarla, mientras la joven es usada para satisfacer los deseos de varios espectadores.

La facilidad con la que Katzenbach crea los personajes es de admirar, porque no sólo los describe físicamente o en las acciones que se van desarrollando, sino que logra crear toda un mapa mental de sus pensamientos, de sus deseos, de sus miedos y de sus imaginaciones, lo que la vuelve toda una persona que bien podría existir a un lado nuestro, que podamos tocar y con la que pareciera que podamos conversar. Y lo hacemos por momentos porque nos cuenta, nos narra lo que sucede y nos atrae hasta sus emociones desbordantes. No necesita convertirlos en protagonistas, es decir, los importantes no acaparan el libro (en esta novela), lo que le da una muy buena velocidad, un ritmo agradable, una cadencia que engancha al lector, y gracias a los capítulos no tan grandes, pero directos, muy fluida y rápida.

Pero hay un problema en esta ocasión, y es que en el afán de crear buenos personajes, se deja de lado la creación de una buena historia. Sí, el plot es bueno, y muy intrigante de acuerdo a lo que ha sucedido en éstos últimos años, y más por la época en que fue publicado, pero no termina de desarrollarse bien. En realidad, la historia en sí bien pudo contarse en 100 páginas. No hay muchas vueltas de tuerca y la extensión de las escenas no ayuda mucho. Lo que sí ayuda son esos grandes extractos de los personajes, pero no avanza la historia.

El tema es complicado, pero al ser neutral en su narración, la vuelve muy interesante. El secuestro de alguien logra mantener en vilo cualquier thriller, y esta no es la excepción. El uso de la chica para un programa online de violencia quizá sea novedoso para varios, pero para otros que conocen el submundo de internet no. Katzenbach logra detallar muy bien el aspecto que toca, pero no va más allá de lo que decide contar, y eso es bueno porque logra mantener el suspenso en ese único aspecto. Pero para los lectores que necesitan más datos, se quedan con poco y nada más.

Decíamos que la creación de los personajes es lo mejor. De las 12-14 páginas que tiene cada capítulo, aproximadamente, 6-7 son descripciones de ellos, de sus pensamientos, emociones, etc. y eso es excelente. Adrian Thomas es genial (justo ahora estoy volviendo a ver la serie «Fringe», y me da una cierta similitud con Walter, con sus diferencias, claro), a pesar de que su enfermedad es peligrosa, sabe que es la última cosa que hará en su vida de manera consciente, y así lo vemos porque al final se olvida de todo. Vivía para el caso. La detective Collins es muy interesante pues tiene un toque maternal, pero a la vez serio y confundido, tanto que su muerte se siente agradecida y por un momento logra dar una importancia mayor, a pesar de que no lo es tanto. Así también sucede con Mark y la pareja secuestradora. Los extractos de los visitantes de whatscomesnetx.com son buenos, logra darle esa neutralidad mencionada porque en cada uno está bien explicada la razón de su visita, de su curiosidad. Pero la mejor es Jennifer.

La adolescente tiene un desarrollo espléndido. Cualquiera de nosotros (que ojalá no les pase) haría algo similar si fuéramos secuestrados. Intentaríamos seguir con la seguridad, con la esperanza y con la fuerza de seguir siendo uno mismo. el quiebre psicológico lo logra la pareja que juega con sus emociones, con su mente, al creer que la liberarán, pero no es así. Esa esperanza muere y es cuando ella deja de llamarse por su nombre, deja de tener esperanza y lucidez. Al final, su ilusión es más por liberar al peluche que a ella, una clara muestra de su rompimiento.

El autor logra darnos una buena cátedra de lo psicológico, algo que ya habíamos leído en «El Psicoanalista» y en otras de sus obras. Logra hacerlo bien porque tiene nociones de ello, aunque los usados son sencillos para alguien que sabe de Psicología. Para la novela son buenas opciones. La velocidad sufre por la gran cantidad de detalles de los personajes, pero eso también le da una buena calidad psicológica. No es de sus mejores obras, pero es buena.


• FICHA TÉCNICA •
Título Original: What Comes Next
Autor: John Katzenbach
Año: 2010
ISBN: 978-607-11-0625-4
Páginas: 450


• FRASES
Las personas no han cambiado, sólo los medios han cambiado.
• Todos estamos muriendo desde el día en que nacemos.
• En la vida se podía prevenir una cierta cantidad de tragedias. Pero las personas son pasivas. Dejan que las cosas se acumulen hasta el desastre.
• Nunca hay que anticiparse al resultado, porque entonces no verán el verdadero significado de lo que ocurra y no podrán percibir la emoción de lo inesperado.


 (8/10)

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