Last Night In Soho
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El pasado deja huellas, y si fueron actos verdaderamente violentos, las huellas traspasan cualquier barrera temporal. Es por ello que los recuerdos, sean de la naturaleza que sean, siempre vuelven a nuestra mente, acechan cuando encuentran alguno similar y se meten en el día a día. Cuando esos eventos que han logrado ser mucho peores, y que le sucedieron a alguien más, pueden llegar a nosotros. Traspasar el tiempo, compartir un hogar e instalarse.
Así es como el deseo de convertirse en alguien importante, en ser una estrella, en ser alguien que logre demostrar su talento, puede sobrevivir a través de los años. Así le ocurrió a una mujer que tuvo su última noche viva en un barrio londinense, donde murieron, con ella, todos sus sueños. Esto se cuenta en Last Night In Soho.
Los primeros minutos me recordaron a «Cruella», siendo una chica que quiere resaltar en un mundo de la moda tan disputado y voraz. Hasta el vestido es similar al usado por Emma Stone (por supuesto, seguro es una referencia a ella). Después de esa media hora luminosa y llena de sueños, todo comienza a nublarse, a volverse gris y lleno de luces de neón, una mezcla que sólo el barrio londinense de Soho puede ofrecer. Y ahí es donde comienza todo el misterio, y donde la verdadera historia da lugar.
Y aunque la calidad de la película ya la veíamos desde el comienzo, con una muy buena dirección a las actrices que aparecen, y con la presentación de un magnífico soundtrack, es después de que Ellie llega a Londres cuando todo se eleva mucho más. El diseño de un Soho de los 60's es espectacular. Las luces del lugar hace que se sienta todo el ambiente nocturno a través de la pantalla, el vestuario es perfecto y pareciera que sí estamos en aquella época. A nivel visual, la película es acertada.
También aquí es cuando vemos la potencia de las actuaciones pues comenzamos a ver a todos en un lugar complicado. Ellie debe lidiar con su compañera (que, por cierto, sí transmite esa mala vibra de antagonista, y logra hacernos sentir molestia por su personalidad) y buscar un nuevo lugar para vivir. El encuentro de algo que le recuerda a su casa, de lograr disfrutar su música y seguir como era antes de mudarse a Londres, representa un poco la comodidad que no quería romper, pero que lo hace cuando tiene ese regreso en el tiempo encarnando a Sandie. Y es donde el cambio de género ocurre.
Las actuaciones de Thomasin McKenzie y Anya Taylor-Joy se llevan la película. Sí, es visualmente espléndida, con una dirección excelente que permite llevarnos desde lo más rural de Inglaterra, hasta un barrio de Londres, pero lograr llevar de manera magistral a dos actrices que pudieron no encajar, aquí hace que sean espléndidas, que logren ser similares y a la vez distantes entre sí, para que lo que cada una vive no sea impedimento en la comprensión y el misterio de sus vidas. Lo paranormal queda en un elemento secundario ante una muy buena interpretación de la historia y una justificación para su aparición.
No se trata de una película sólo para entretener, también logra tener un mensaje que, aunque en esencia es sencillo, logra ser lo suficiente complejo como para que las 2 horas de la película sean suficientes y adecuadas. Sin duda, espero que sea reconocida por las grandes instituciones.
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