El Mundo
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Hay muchas cosas que podemos hablar respecto a este presente libro, por ejemplo, la forma en que el autor cuenta su vida, en una suerte de novela biográfica, o una biografía novelizada, para que cada suceso que marcó su vida se construya bajo el modelo ya conocido de sus obras, es decir, con una mezcla de realidad y ficción, o de veracidad e irrealidad. Otro es que no necesitan ser eventos de gran trascendencia para otros, sino que para Millás lo fueron y eso es lo que lo convirtió en lo que ahora es, un escritor reconocido en gran parte del mundo.
Pero también podemos ver una sensibilidad en la persona que fue y es, y esa es, quizá, la parte más importante de toda la obra, que desde niño, debido a la forma en que fue construida su familia, sus experiencias y sus relaciones personales, creció con un lazo cercano a la literatura y a la imaginación. «El Mundo» se convierte en una carta para todos, para conocer a Juan José Millás en su crecimiento.
Con cada libro que publica Millás, no hace sino confirmar que el talento que tiene ha ido creciendo con los años, que se ha pulido en su escritura, que las creaciones con las que nos mantiene en vilo han ido mejorando y contagiando su visión del mundo, de la ambigüedad de la realidad, de la mezcla de eventos que puede suceder sin querer o provocándolos. Tras las historias que nos ofrece, vemos nuevas perspectivas de los pequeños momentos y de los grandes sucesos. De la vida, sólo podemos vivirla, experimental y sobrevivir a sus casualidades y causalidades. Millás nos dice que todo ello es lo que conforma el mundo.
El libro, como ya mencionamos, pareciera una autobiografía porque nos cuenta los momentos más relevantes de su infancia y después de una época ya de adulto, donde los eventos que sucedieron al ser niño se ligan con la edad madura. Así, vemos como creció en una familia con 8 hermanos; con unos padres que parecieran estar lejos, pero que sí estaban muy cerca de él; con vivencias románticas que no funcionaron en su primer intento, pero que sí lograron suceder en el futuro; con una amistad llena de misterios y de secretos que sellaron su crecimiento. Así nos relata su vida en fotografías.
Pero hay algo más, no se queda en la línea de contar lo que sucedió como si se tratase de una crónica, sino que la envuelve de ese lenguaje lleno de hiperrealismo, de surrealismo y de realismo casi mágico, pero no porque el escritor lo haga, sino porque su vida fue así. De esa manera comprendemos cómo, a estas alturas de la (su) vida, llegó a crear todas las obras que hasta la escritura de «El Mundo» ya se habían publicado. Entonces conocemos al famoso Vitaminas (que fue base para «Visión Del Ahogado»), la relación con su madre (base para «Cerbero son Las Sombras»), la relación con Luz y María José (que dieron vida a «Dos Mujeres En Praga» y «Tonto, Muerto, Bastardo E Invisible») y así con varias más que fueron la semilla para sus demás novelas y cuentos.
Como producto literario es fascinante porque se liga con ese origen de los cuentos, de la imaginación, del delirio del lenguaje y de la creación de mundos dentro del mismo. Ventanas que son puertas, relaciones que no funcionan, muertos que siguen caminando, vecinos que son otra persona de lo que dicen ser, etc. Un mundo que no es sólo un mundo, sino varios mundos.
⭐ (9/10)
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