El Negocio Del Dolor
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Uno de los negocios más lucrativos en todo el mundo y a través de la historia es la farmacología. No se trata sólo de la venta de los medicamentos o servicios médicos que el usuario final compra para mejorar su salud, sino a todo lo que conlleva desde procedimientos anteriores. El sólo hecho de crear nuevas combinaciones de sustancias implica millones para experimentar. Después, otros millones para las patentes, y el paso siguiente, es la venta de estos medicamentos a las grandes farmacéuticas para que salgan al mercado.
Pero hay medicamentos que, a primera instancia, parecen mejor opción que todos los demás. Es por ello que la lucha por la creación de nuevas formas de aliviar a la gente crece cada día, y que exista un medicamento que alivie todo sería el acabose de la industria. Mientras ello sucede, los medicamentos que se encuentren en venta, servirán. Aunque después se cambie de opinión. «El Negocio Del Dolor» nos cuenta sobre ello.
Primero, hay muchas películas y series de televisión que hablan sobre este caso, pues sucedió en la vida real, sobre la venta masiva de fentanilo en Estados Unidos (principalmente) y las consecuencias de su uso en pacientes. Me parece que esas otras formas en que fueron abordados tuvieron un mejor resultado que el presente. Esta película se adapta de un libro de Evan Hughes y quizá desde ahí comience una falta de honestidad hacia el público, y es que los nombres no son los verdaderos y las situaciones no logran ser un reflejo fiel a lo que sucedió.
Ahora bien, si la historia es interesante desde el inicio, ¿qué sucedió en el trascurso para que la película no fuera atractiva? El problema reside en la forma de contarla. Las intervenciones parecieran acercarse a un estilo de documental, pero tampoco lo es así por la verosimilitud y la honestidad de lo que sucede. Tampoco se puede decir que sea un recurso narrativo porque varias escenas en las que se utiliza no son satisfactorias en cuanto al uso y a la historia. Además, no se requería estos estilos para ser novedosos o para ser interesantes, porque terminan por ser pretenciosos y desvían la verdadera calidad de la historia, que es el elenco y la trama.
Abordar un engaño farmacéutico, el uso de una droga de opioides, su venta masiva y su prescripción a pacientes que terminaron muertos es un hecho muy lamentable, serio y potente para crear un discurso si bien no de protesta o de recriminación, sí para hacer una muestra de lo mal que es ese negocio. Pero se enfocaron más en la historia de los personajes y en su desarrollo (que no está mal), pero dejaron de lado lo importante, el efecto de este medicamento, de esta droga que, a nuestro días, ha sido estigmatizada en varios países, siendo México uno de ellos (sólo pasen una hora viendo televisión y verán anuncios que lo colocan como lo peor de las drogas ilegales).
La trama falla y la forma de contarla también es defectuosa, y a pesar de ello, logramos ver las actuaciones de Chris Evans y de Emily Blunt muy bien por lo que ya mencionamos (se enfoca en presentar a los personajes más que a la trama). La dirección tampoco es mala, pero el efecto de las intervenciones deja mucho que desear. Quizá un poco mejor la fotografía y los aspectos estéticos de todos. Sin dudas hay mejores producciones para conocer este evento histórico.
Basada En: «Pain Hustlers» de Evan Hughes [2022]
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