El Nervio Principal
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Dicen que si escribiéramos todo lo que nos ha sucedido en nuestra vida, nos convertiríamos en escritores, porque esas cosas que nos han pasado, esas experiencias y vivencias se convertirían en narración, en un libro de no ficción, autobiográfico, que le interesaría a muchas personas. La vida es una sucesión de dramas, de puntos en que cualquiera pensaría de género, ya sea comedia o tragedia. Nuestra vida escrita se convertiría en material de análisis porque, así como nosotros sufrimos por cada suceso y enfermamos o padecemos de algo, nuestro escrito serían esas enfermedades plasmadas, sería un materia digno de investigación exhaustiva.
Daniel Saldaña París ha entendido este punto y, bajo una historia que bien podría sentirse como biográfica o una ficción que se instala dentro de la estructura cotidiana por su increíble cercanía a algunas personas. Con «El Nervio Principal», el autor nos hace sentirnos cercanos con el protagonista porque, amén de que sucede en nuestra Ciudad de México, las cosas que ocurren son comprensibles y, hasta un punto, similares a las que alguno de nosotros ha vivido.
La novela de Daniel Saldaña ha llegado con una forma llena de lucidez y recreación de un pasado , de una infancia que se nota hiperrealista, como si el protagonista, de antemano, supiera lo que le sucede y así analizar cada evento hasta lo más profundo de su ser, con lo entendido y lo desconocido, para así convertir este último en objetivos que deben ser resueltos, debido a su educación con literatura y el origami y con lo poco que ha aprendido de sus padres.
La novela tiene como punto principal, como nervio principal, la memoria y sus vericuetos, aquellos en que la memoria y el olvido (ya sea consciente o inconsciente) se proclaman en nuestra vida. Siendo adultos, vemos con otra perspectiva todo lo que ha sucedido en la infancia, problemas y soluciones, llantos y alegrías, incomprensiones y comprensiones, la vida y la muerte. La memoria es el camino porque a través del recuerdo de 20 años antes, el protagonista intenta comprender cómo fue que ha llegado hasta donde está ahora. Quizá no sea explícita, pero todos los que rememoramos eventos lo hacemos para entender, para encontrar el sentido de ello y su incidencia en lo que somos en el presente. El protagonista vuelve, muchas veces, a la partida de su madre en 1994, y ese fue el punto de quiebre en el que comenzaría todo.
Ante un evento que podría ser sorpresivo e incomprensible, hay muchas más actitudes del protagonista infantil, como aquella obsesión por ver todo desde el lado izquierdo (tema que recuerda a «Dos Mujeres En Praga» de Juan José Millás, debido a esa obsesión de intentar comprender otra perspectiva sin dominarla), por el origami, y que de ahí se deriva la simetría de todo. La búsqueda por la perfección, por la simetría, hace que la obsesión ya aparecida se mezcle con una suerte de compulsión ¿Significa que desde pequeño, el personaje ya hacía patente un padecimiento? Quizá. Está claro que lidiaba con tantas cosas y su forma de sublimarlo era mediante estas actividades que lo relajaban, así como entrar en su ropero y encerrarse, que da inicio a otro evento remarcable: el acercamiento con "el Rata" y su viaje a Villahermosa en búsqueda de su madre.
Hay tantas cosas que se pueden rescatar de la novela, desde la perspectiva al ser escrita en primera persona, lo que la vuelve cercana, muy sensible y emocional, hiperrealista y costumbrista, pero también navegando en la personalidad de cada personaje que, con aquellos pocos momentos presentados (aquí pongo mi único problema con la novela pues me hubiera gustado conocer mas sobre Teresa, sus motivos y su vida anterior a su partida) podemos entender. Gran trabajo que, sin duda, quedará en nuestra memoria.
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