Una Noche En El Museo [1 y 2]
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Dicen que "el museo es el sitio donde la historia cobra vida" y no hay nada más cierto que en la franquicia que estamos a punto de explorar. Para la gente normal que hace visitas al museo, puede pensar que es sólo un sitio lleno de objetos sin importancia que, si no es por aquellos profesionales así seria. Pero la cuestión es que, independientemente de que lo sean o no, por sí mismos tienen historia en ellos, y saben que si la sociedad no tiene memoria, está condenado a repetirla.
Los museos dan esa sensación a la sociedad de que la memoria sigue ahí, latente, esperando a toda la gente para comunicar todo lo que ha sucedido en el pasado. Y lo interesante es que, cuando funciona bien, lo hace a la perfección, logrando que el pasado cobre vida en todos. Es por eso que Una Noche En El Museo tiene una excelente premisa que veremos en las siguientes entradas.
El plot es interesante y ciertamente, bajo el aura de la comedia, se preveía una película divertida, que sí resulta así por los buenos elementos que se reúnen en ella. La historia, sin embargo, es el punto más débil de toda la producción por unos detalles que, siendo muy minuciosos, no logran que la película destaque dentro de todo el género. Aún así, como decía, todo lo demás está bien hecho y termina siendo agradable.
Las actuaciones son buenas, y tal vez sea lo mejor de todo pues desde Ben Stiller que está en un papel sencillo, pero que logra llenar de manera perfecta; pasando por Robin Williams que hace un excelente Teddy Roosevelt y que funciona muy bien como el hombre sabio que aconseja al protagonista; y terminando por aquellos que son secundarios, pero que terminan siendo muy divertidos, como Jedediah y Octavio. Los antagonistas resultan ser acertados, pero, entrando en temas de la historia, quedan con un hueco muy grande que se quiere resolver en una escena a mitad de créditos, pero queda esa sensación de que está inacabada.
La cuestión es que los 3 guardias mayores quieren robar la tablilla, se supone que ésta otorga fuerza y juventud al sitio donde esté colocada, pero eso supone que si se la llevan, ¿para qué la usarían? Si la iban a vender, puesto que es de oro, ¿porque tardaron tanto, teniendo en cuenta que el primer día Larry no sabría qué fue lo que sucedió por todo el caos? Claro, si así fuera, no habría película. A este respecto, el final es confuso pues se intenta pensar que fueron detenidos, pero dejados en libertad para que limpien el museo mientras amanece y abre el lugar. Pero, ¿después? ¿Se fueron así nada más?
Decía que la historia es lo más endeble pues hay muchas cosas que se quieren explorar, pero que quedan sin completar. En primera, la relación padre e hijo, que es lo más representable debido a la cuestión laboral de Larry y después que su hijo ve cuando lo despiden. La trama romántica, donde Larry trata de conquistar a Rebecca, es confusa pues a la vez pareciera que hacen una pareja, pero el final queda sólo como amigos. Otra parte es la cuestión de los inventos de Larry, ya que sin trabajo, con la idea del chasqueador, con el trabajo del museo, ¿cómo pudo crearlo? En ningún momento lo vemos con habilidades de gran inteligencia, sólo técnicas y de resolución de problemas.
Los efectos especiales son buenos, y seguro que sorprendieron a los espectadores en la época en que se estrenó, pero a nuestros días ya se le ve el paso del tiempo y los efectos lucen muy básicos. Pero, teniendo en cuenta este punto, al verla luce bien.
Basada En: «Night At The Museum» de Milan Trenc [1993]
TRÁILER
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La secuela es interesante, al menos por el tema que se propone en la sinopsis, pues de haber vivido un caos en un museo relativamente pequeño, ahora el caos se trasladaría a todo un museo de kilómetros de tamaño, donde la sorpresa de que se encuentren villanos era clara. Y la propuesta es interesante, sobre todo porque bajo ese tema, se encuentra otro más importante y menos tocado en la película, que es el cambio tecnológico en el museo, de las estatuas a las máquinas de hologramas.
Las actuaciones son buenas, al igual que en la película anterior. El punto es que, respecto a lo que vimos en la anterior la historia engrandece y las preguntas aparecen a raudales. Debido a que la historia crece bastante, y que ahora vemos un cambio de escenario, nos surgen muchas dudas que siguen sin resolverse. ¿Qué pasó con los guardias? Porque ya no se mencionan y el final de la anterior quedó con dudas.
Tampoco vemos al personaje de Carla Gugino, siendo que era la guía del museo y debería de haber estado en contacto con Larry hasta que decidió irse. Me gustó su personaje y sí se extrañó en esta nueva entrega.
Teniendo en cuenta la evolución como padre y guardia en la primera película, aquí vemos a Larry un poco más personal, es decir, aunque vemos a él y a su hijo más cercanos, no vemos la relación clara. Como guardia, vemos que se separó de ese trabajo y que, con todo lo que sucede, se da cuenta que en realidad ese es su trabajo ideal.
Dentro de la temática del romance, la química que se crea entre Amelia y Larry es muy divertida y todo ello por la fantástica actuación de Amy Adams. Entre su personaje y la escena final, podemos ver su talento camaleónico que adoramos.
Del otro lado, en el antagonismo, el personaje de Kahmunrah parece ser un buen villano, pero tratando de hacerlo chistoso, queda disminuido más que aportar mucho a la historia.
Los efectos mejoran para la evolución que se ve en estos días y que, nuevamente, vemos que son aceptables. Pero sigue siendo menor a la escala de otras películas.
Esta segunda película quiere ser mucho más grande, pero queda un escalón por debajo porque intenta tocar muchas más cosas y olvida otras que merman las dos.
Basada En: «Night At The Museum» de Milan Trenc [1993]
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