El Jardín Vacío
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«¿En qué época de una vida se deciden las circunstancias que más tarde han de marcar sus límites?». Esta frase se encuentra en la contraportada, pero me parece muy bien elegida para comenzar a sinopsis delibro porque se trata de una cuestión que, desde dos perspectivas cumple con creces: desde dar pauta a la historia de la novela, y en que cree una reflexión en el lector sobre el hilo conductor, y así, asociar ambos puntos. Así, Juan José Millás, nos hace introducirnos en una historia que nos llena de nostalgia, pero también de una sensación de ansiedad en El Jardín Vacío.
Después de leer su justo libro antecesor («Visión Del Ahogado»), me parece que aquí es un intento por mejorar ese libro, con un lenguaje y una historia mucho más críptica, ya notan común o sencilla, sino con elementos que pueden ser más complicados de entender al lector. Por ejemplo, uno muy evidente es la inclusión de las cartas que no explican su motivo de ser explícitamente, pero que de manera implícita y con el contexto de algunos diálogos entre madre e hijo, sabemos que se trata de una facción política que intenta apropiarse del terreno donde está su casa y que harán todo por echarlos (algo que me recuerda bastante a «Roadwork» de Stephen King).
No sólo está el símil en la historia, también en los personajes. Quizá es porque Juanjo usa toda su cotidianeidad para dar vida a sus obras o porque retoma lo más cercano, pero pareciera que mientras avanzamos en su bibliografía existen personajes o que siempre están en sus obras o que usa los mismos nombres para tener una referencia o que de verdad prefiere dejarlos así. Mientras se avance en las novelas se hará más evidente. Cualquiera pensaría que es un autoplagio o un reciclaje, pero también se puede tomar con una base, como una reescritura de lo que uno está creando.
Otra similitud es la estructura de la narrativa pues no vemos algo lineal, sino flashbacks que nos llevan de un tiempo a otro sin avisarnos, como si la mezcla de presente y recuerdos/memoria fuera uno mismo, y así nos sucede mucho en la realidad, aunque aquí queda un peldaño abajo en la efectividad porque no hay un punto de explicación de todos los tiempos. Sabemos del presente y del pasado, pero no más allá.
Ahora, el tema político o social sobre la institución que los quiere desalojar o que controla gran parte de la sociedad queda muy bien planteada, pero tampoco se desarrolla. Deja un regusto a distopía, a una mezcla de realidad y ciencia ficción que no cuaja por completo. Si bien el mensaje puede ser que nosotros podríamos darle su explicación, no me parece que sea la mejor justificación a un punto muy interesante.
La historia tiene sus puntos fuertes que la vuelven mejor que su antecesora ya mencionada, hay muchos momentos que de verdad son místicos, o que tienen una carga dramática muy bien lograda debido a la gran narración de Millás. Pero también se siente como si no estuviera completa, como si le faltara un tramo de hojas para que fuera finalizada.
⭐ (9/10)
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