Fuego
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En un mundo pospandemia, cualquier historia que haga referencias a una enfermedad contagiosa o al caos mundial o a un incidente que involucre una movilización o cuarentena en varias partes del mundo, inmediatamente nos hará recordar aquellos momentos en que todos tuvimos (y aún tenemos) que cuidarnos de manera casi excesiva. Ya sea por miedo, por cuidado o por consecuencias de lo sucedido, será inevitable recordarlo, aunque el material haya sido creado antes del hecho.
Así sucede con Fuego de Joe Hill, la más reciente novela publicada por el autor y que, aunque la premisa sea completamente diferente a lo sucedido porque implica un toque de ciencia ficción, es verdad que hay varios trazos que, en la vida real se aprecian con una similitud increíble. El libro fue publicado en 2016, y nuestro último evento catastrófico sucedió en 2019. Premonición o no, la novela nos hace sentir que lo vivimos de nuevo.
Joe Hill explicaba en su antología «Strange Weather» que, después de escribir una novela gigante, escribía relatos de esa extensión, y ahora que hemos disfrutado de «Fuego», vemos el trabajo que debió tener para crear todo un mundo posapocalíptico. La presente novela es todo un mundo en si mismo que, sin afán de comparar, pero que sí logra acercarse por algunos detalles, recuerda en varios momentos a «The Stand» de su padre, Stephen King. Por ejemplo, el mundo después del fin del mundo, la división entre el bien y el mal, el personaje de Harold (que comparte nombre y un poco de su personalidad), al igual que el de los dos Nick’s, y algunos escenarios claros. Así también hay referencias literarias enormes como a «Fahrenheit 451» de Ray Bradbury o «Harry Potter» de J.K. Rowling.
Hill logra darle una esencia propia a la historia y se caracteriza por su peculiar división de capítulos, entre algunos cortos y unos extensos, que hacen ágil e imprevisible la continuidad de la historia en la narrativa. Esto la convierte en divertida, disfrutable y veloz en su lectura, aunque llegue a más de 800 páginas. Es fluida y esa delicada lectura hace que sea rápida. Sigue con el estilo desde su primer libro, en donde no importa la extensión porque los capítulos siguen en aumento, desde pequeños hasta enormes.
La historia es interesante desde varios aspectos. El primero, y recordando a «The Stand», es la pelea entre la oscuridad y la luz, y es curiosa la forma en que se representa porque en otro libro los infectados serían los enemigos, pero aquí son representados por la Luz, por el calor humano que el grupo de sobrevivientes origina. Los sobrevivientes se reúnen sabiendo que están bien, pero tienen el peligro de los sanos que cree que son el enemigo a vencer. Ese es el más visible, la dicotomía de la humanidad, el bien y el mal en contra.
El segundo ya vendrá con mejor análisis profundo, donde muchos aspectos se pueden resaltar. Como personaje en solitario, la vida siempre tiene pruebas complicadas que se deben superar, y así es Harper, el personaje principal que desde que aparece, tiene una serie de altibajos. Así es la vida. Y con la ayuda de otros personajes, los sobrelleva y sale adelante. Como muchas historias, tiene un objetivo donde la seguridad es lo importante, en este caso el refugio en la isla, situación que todos tenemos en común, donde todos tenemos una meta que nos de esa misma opción.
A pesar de que los demás personajes son muy buenos, siempre será Harper la principal, y quizá John como el segundo. Curiosa situación debido al nombre, porque El Bombero no es el principal, sino la enfermera. Eso es una sorpresa al leer el libro y se agradece. Al igual que las historias secundarias, el trasfondo político y social de la historia que se desarrolla en el campamento y los cambios en los personajes y sus traumas.
La cultura está bien representada, entre bibliografía, referencias, temas musicales y otras menciones de productos que nos hacen pensar en que también los extrañaríamos si estuviéramos en un mundo posapocalíptico como el narrado. Es una buen lectura, entretenida, pero debido a la gran cantidad de aguas de las que bebé, es más un producto que llega al homenaje que a una obra original.
Curiosidades:
• En un párrafo se menciona a que quiere ser un escritor que coloque un túnel detrás de un póster de una estrella de cine, recordando a «Rita Hayworth Y La Redención De Shawshank».
• Las ciudades mencionadas recuerdan a muchas de su sobras, principalmente Maine.
• En una entrevista menciona que la ayuda para la espora fue procedente de su madre.
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