Scream [1-5]
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El género del horror tiene muchas líneas dentro de éste, tantas subdivisiones que se podrían crear páginas de una libreta. Dentro de ellas, estaría el slasher, en el que se cuentan las historias de asesinos (cubiertos o no, humanos o no) que buscan víctimas a diestra y siniestra en un espacio abierto, en varias ocasiones con un motivo. Hay muchos exponentes del género, pero aquellas que se hicieron fama son las juveniles y que han sobrevivido por décadas gracias a su éxito o a sus remakes y secuelas. Dentro de ellas, está Scream.
Con un icónico personaje, Ghostface, se ha creado todo un universo (y multiverso con aquella metanarrativa creada desde la primera película en la que la farsa, la broma y la sátira a las propias películas de horror) que ha seguido a través de las décadas y que seguirá. Es por ello que hablamos de esta franquicia para que no la olvidemos.
He de aceptar que es la primera vez que veo la película y me ha gustado bastante, pero ocurre algo peculiar, y es que después de ver una buena cantidad de veces la de «Scary Movie», es verdad que no es fácil despegar el tono de comedia para trasladarse a la seriedad y hasta el horror que muestra ese filme original. Ahora es cuando me hubiera gustado ver «Scream» antes, pero al no poder hacerlo, también hay que aceptar que ambas tienen un resultado propio y excelente.
Sabiendo, ahora, que se trata del comienzo de una saga, me parece un inicio muy correcto. La historia se hace autoconclusiva y deja la mayoría de líneas argumentales cerradas. Por supuesto, las pocas que quedan abiertas están trabajadas para que la siguiente se exploren, teniendo en cuenta que el éxito hizo que se planeara la secuela.
Hay algo interesante aquí y es que, ante tantas películas de horror que ya se habían consagrado y de las que bebe como influencias esta presente producción, tanto que hasta son mencionadas y son homenajeadas en algunos momentos, trata de crear algo diferente, algo único, algo propositivo y que logra hacerlo. No sólo pone al villano o antagonista como un clásico en la historia del cine con esa máscara que proviene de «El Grito» de Edvard Munch, sino también crea todo un nuevo universo de referencias, de homenajes, de momentos clásicos y de una nueva forma de contar una historia de horror que acerca al espectador.
La efectividad del guion comienza desde la primera escena, un momento tan cotidiano como el de hacer palomitas para ver una película. En el auge de los teléfonos inalámbricos (como lo hiciera «Ring» con los VHS), la plática siguiente sobre las películas de suspenso y las decisiones que los personajes hacen en ellas, nos presenta un metaverso en el que nosotros podemos ser otra realidad pues la película quiere ser tan realista que por momentos parece así. Está claro que no puede dejar de lado todos los clichés del género porque si no, no funcionaria, pero sí trata de darle una nueva reflexión sobre ello.
Y esto lo seguimos viendo con los demás personajes, sobre todo con el que representa a todo aquel que cree saber cómo son las historia de horror, quién muere y quién sobrevive. Con la referencia a Jason, a Freddy y a Michael Meyers.
Sin duda se trata de una película que renovó el género con una buena historia juvenil, pero seria. Con el horror necesario y con un tinte de humor negro que gusta a pocos.
TRÁILER
Debo aceptar que, de las pocas películas que me han gustado con una secuela (y saga posterior) bien hecha, ésta es una de ellas. Tiene todo lo que la primera tuvo, una excelente historia, un buen manejo de las referencias del cine de horror y unas vueltas de tuerca que agradan. El uso de una metaficción sigue siendo fresco (para esa época) y con un tinte de comedia, lo vuelven nostálgico a estas alturas.
La primera escena es recuperada en «Scary Movie» y, como lo mencioné más arriba, es difícil desprenderse ya de esas historias cuando las hemos visto cientos de veces. A pesar de la seriedad con la que se manejaba, no podía olvidar la teatralidad de la parodia y compararla, siendo que las escenas son muy similares. Por suerte, sólo fue esa escena introductoria, y el resto es algo nuevo. Lo que me permite ser más serio con ésta producción.
Y sí, le compite bastante a la primera película porque no es pretenciosa ni se engrandece con su éxito anterior como para meter muchísimo más presupuesto y crear algo que se salga de su línea. Con las pocas preguntas que se quedaron sin responder, continúa aquí, pero siguen sin responderse unas cuantas. Seguro eso se usará para las siguientes películas. Lo que importa es la metaficción en que se ha metido y que funciona de maravilla.
Crear dentro de la película una película que cuente esa misma narrativa es genial. Que además se usen actores de gran renombre (al menos ya en la actualidad lo sabemos) es mucho mejor, y más en aquellos personajes que mueren al inicio o que son secundarios. Por ejemplo, Sarah Michelle Gellar, que me pareció un buen papel para lo poco que salió, así como lo fue Rose McGowan en la primera.
Las actuaciones mejoran, y hacen ver esa juventud del filme. Pero también vemos la irresponsabilidad, la credulidad y hasta la inocencia de esa misma juventud. Si no fuera así, nadie se dejaría llevar como por instinto ante la historia del asesino, muy bien representada mientras el público ve la película y comienza el descontrol.
Una vez más, la saga me sorprende y me hace querer ver las siguientes.
Por cierto, ¿notaron el homenaje a Freddy Krueger?
TRÁILER
Después de ver dos películas llenas de horror y misterio, esta tercera película tiene algo completamente diferente, agrega un toque sobrenatural a la historia. Y a pesar de que sabemos que no es completamente algo fantasmal, sino la mente de Sidney que comienza a regresar a aquella época en que su madre fue asesinada, manipulada por lo que hace el asesino, la muestra de algunas escenas sí se trasladan a lo sobrenatural.
Me parece que esa adición no le beneficia a una saga que por sí misma, en el origen de un asesino físico, ya era excelente. Es tal vez el mayor error de esta tercera entrega y lo que termina perjudicando a toda la historia. Se agradece la aparición de Randy para guiarnos en lo que las trilogías ofrecen, pero si hubieran quitado lo fantasmal, creo que hubiera funcionado mejor.
También hay otro punto que hace dudar la películas en calidad. Antes, la metaficción se quedaba sólo ahí, en un lugar alejado, sólo para verlo crear la misma historia, pero aquí, llevando la historia a los estudios donde se filma «Stab 3» no hace sino exagerar en los papeles. Los actores y actrices de la ficción dentro de la ficción no aportan mucho.
El resultado de esta película no es agradable, aunque tenía puntos rescatables. Habrá que ver cómo continúan.
TRÁILER
Navegando por las opiniones de los que ya habían visto la saga completa (al menos hasta este año antes de que la 5 se estrenara), la mayoría estaba de acuerdo en que la tercera entrega era la peor, y es verdad, ese toque sobrenatural casi hecha a perder todo lo que consiguieron las dos primeras. Pero, en el 2011, tras un cambio generacional, se esperaría que mejorara en todos aspectos, aunque la historia era prevista que sólo fuera una trilogía, se decidió continuar, así como las demás referentes del terror, las cuales han llegado hasta las 10 producciones.
Pero el nuevo milenio no trajo muchas cosas nuevas. De hecho, lo único que se nota en un cambio narrativo es el uso de la tecnología. Ya no se usan los teléfonos fijos y el celular comienza a ser el medio de contacto, un interesante movimiento, pero que no se explica cómo se usa para conseguir los números de las víctimas. También se ve el cambio en el video, de VHS a los videos digitales y a las grabaciones en tiempo real, todo con ayuda de las redes sociales.
Y es en esta última cuestión donde nace el objetivo de la película, y que a su vez, contiene el fallo de la misma. La historia comienza bien, con un clásico regreso al origen, a la ciudad donde todo comenzó, y el hecho de que los asesinatos vuelvan a ocurrir también es interesante, pero debido a que han pasado muchos años y las protagonistas han dejado una estela tras de sí, se decantan por presentar a un nuevo elenco joven, que intenta crear un rejuvenecimiento de la historia.
Aquí es donde entra el grupo de cine que es una clara actualización de Randy. Las normas de las historias de terror, de las secuelas, de las trilogías, ahora se mudan hacia los remakes o revivals. Es donde aparece el primer error. Randy era un buen personaje que trataba de ser único, que era sincero por su amor por el cine, pero en esta ocasión es tan forzada la inclusión de ellos que no resulta agradable. Al final, no logra conectar con nadie.
Otro punto que falla es la comedia. En las anteriores entregas, la comedia era normal, era honesta, era un efecto secundario de la propia historia porque se trataba de jóvenes viviendo como jóvenes. Ahora es un intento por colocar chistes sin sentido, queriendo hacerse sentir muy inteligentes sobre el cine y el terror, pero sin serlo.
Sí, el avance tecnológico hace que los efectos visuales sean mejores, que las cuchilladas se vean mejor, que la sangre no parezca jugo de tomate; pero esto mismo también hace ver que las actuaciones no llegan a su calidad, salvo en los 3 personajes originales de la saga.
El intento era bueno, pero no fue acertado.
TRÁILER
Después de dos películas que fueron de lo peor de la franquicia, llega un nuevo título con un toque renovado, actual, pero que no traiciona a lo que se comenzó con las dos primeras películas. La calidad vuelve a crecer tras ese par de tropiezos. Aunque la mezcla entre el pasado y el presente puede ser caótica debido a que se colocan historias que no son muy bien explicadas, sí terminan por ser efectivas porque el guion, por sí mismo es más importante al final.
Es difícil volver a revivir una historia después de 10 años. Así ocurrido cuando crearon «Scream 4» y en esta quinta entrega se pudo mejorar, aprender de los errores que se cometieron. Aunque es una mejor película, también hay momentos en que se alarga demasiado y se pierde un poco la velocidad. De las 2 horas, quizá pudo quitarse unos 15 minutos, ya que hay escenas que o bien, son extensas o no aportan mucho,
Se extraña la metanarrativa. Pensé que la escena inicial de Jenna Ortega sería de la historia dentro de la historia, pero no, es el comienzo de la película. Aunque se logra remediar con los discursos de la «recuela» (mezcla de remake y secuela), sí hace falta ver las de «Stab».
Las actuaciones son buenas y cumplen con una historia juvenil mezclada con los adultos. El hecho del asesino siempre está cerca ya se ha convertido en una máxima y la historia del quién lo hizo y del slasher sigue funcionando porque la historia se mantiene vigente.
Ya se ha confirmado una sexta entrega y habrá que esperar cómo la crean. Por ahora, esta quinta nos hace pensar en excelentes historias.
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