Matemos Todos A Constance
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Siguiendo con la tradición de la novela negra que comenzó con sus relatos y que continuó a gran escala con «La Muerte Es Un Asunto Solitario», Ray Bradbury nos ofrece el término de la trilogía del escritor anónimo que tiene grandes similitudes con él mismo. El género se vio gratamente resuelto con los dos primeros libros de esta serie, y terminando con una novela un poco más pequeña, pero igual de fantástica, misteriosa y enigmática, con los personajes que conocimos anteriormente y dándole más vida a la diva del cine mudo, Constance Rattigan, en Matemos Todos A Constance.
Creo que es la novela más floja de la trilogía, no porque sea mala, comparando con otros trabajos de otros autores, es una delicia de género negro mezclado con una fantasía casi onírica y sus metáforas cotidianas, pero sí porque la trama es sencilla y la abundancia de detalles de Los Angeles de los 50's y décadas circundantes la hace lenta. Y eso tampoco es malo, conociendo la literatura de Bradbury, donde los detalles son magníficos y forman otro personaje que cambia con el paso de los escenarios,, pero en esta novela, tras leer las anteriores, no hay mucho de novedad.
La evolución de los personajes a través de los 3 libros es interesante, sobre todo porque no los vemos todos. Desde el inicio conocemos a los protagonistas, a los que serán los importantes, junto con el propio autor, y ese es lo principal. Pero en esta novela no vemos muchos cambios que arrojen algo impresionante en ellos, sólo en Constance, y eso es porque la historia gira en torno a ella y su personalidad es la que cambia. Constance es la estrella de la novela, y es curioso porque sólo la vemos al principio y al final. Lo que a convierte en algo supremo es el recuerdo, las imágenes y las palabras que hay de ella a lo largo de la historia. Los demás flotan alrededor de ella, tratando de ser importantes, pero no llegan a serlo. En realidad, parecieran marionetas que se mueven por la decisión de Constance.
La novela es un recorrido por Los Angeles, tal como fue «La Muerte…» y «Cementerio…», pero de una manera más apegada al cine, más apegada a los personajes y a la gente que vive por ello, no con ello como en el segundo libro. A pesar de que vemos buenas locaciones, no hay mucho por sorprendernos, la elección de la trama hace que no sea tan atractiva y, lo que más resalta, es el mensaje, la división de la personalidad de Constance en las diferentes mujeres a las que dio vida.
De ello podríamos hacer una gran disertación, pero eso se lo dejamos a ustedes. Sólo ponemos en la mesa algunas cuestiones: ¿qué tan necesaria es una transformación de una actriz o actor para un papel? ¿Cuál es el límite para ellos al buscar aparecer en una película? ¿Somos los fanáticos los responsables al querer verlos triunfar o son ellos mismos al buscar más gloria la que las y los pone en riesgo de un colapso? Constance era una diva, y como tal busco crecer más allá de su límite hasta convertirse en varias mujeres (física y mental), hasta que quiso ser alguien que no pudo. ¿Es esto un mensaje para nosotros, lectores que formamos parte de una rutina?
REFERENCIAS:
- El protagonista menciona que escribirá un relato sobre un bombero con olor a queroseno en un mundo donde los libros son quemados. Esto es una clara mención a «Fahrenheit 451».
- También se menciona un pasaje en la infancia del autor, cuando conoció a Mr. Eléctrico en una feria. Esto es verdad y le sucedió a Bradbury, pues lo cuenta en «Zen En El Arte De Escribir» y también es la idea para «La Feria De Las Tinieblas».
⭐ (7/10)
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